Demanda contra dueño de perro rechazada porque las lesiones no fueron causadas por una “propensión a causar daños”
El Primer Departamento de la División de Apelaciones de Nueva York recientemente ponderó la posibilidad de realizar una demanda contra el dueño de un perro por lesiones no recibidas por un perro agresivo, sino por un perro que simplemente no estaba bajo un control apropiado. El Tribunal desestimó la demanda, pero señaló que la falta de una compensación para el demandante lesionado podría indicar la necesidad de un cambio en la ley.
Demandante lesionado por un perro suelto
El caso en cuestión lleva como título Scavetta vs. Wechsler. El acusado, Stuart Wechsler, había atado a su perro a un estacionamiento para bicicletas fuera de un restaurante en Manhattan. Wechsler no comprobó si el estacionamiento para bicicletas estaba empernado al suelo antes de retirarse del lugar. Mientras se iba, el perro caminó hacia dentro del restaurante, se escuchó un sonido de metal raspando en suelo y se volvió para ver a su perro correr por la calle, arrastrando el estacionamiento de bicicletas. El demandante, Gregory Scavetta, vio al perro correr debajo de un coche. Cuando fue a revisar al perro para ver si había resultado herido, este salió disparado directamente hacia él. El estacionamiento de bicicletas golpeó a Scavetta, lo que hizo que una de sus piernas se enrede en las barras del estacionamiento de bicis. Fue arrojado contra el suelo y requirió atención médica para su pierna izquierda.
Demanda por lesiones y moción de rechazo
Scavetta presentó una demanda contra Wechsler, afirmando que Wechsler había causado las lesiones de Scavetta por negligencia al amarrar a su perro al estacionamiento de bicicletas, ya que él sabía o debería haber sabido que el perro tenía la fuerza como para correr mientras arrastraba el aparato. Wechsler presentó una moción para desestimar la demanda, afirmando que la ley del Estado de Nueva York no permite que las víctimas de lesiones demanden por lesiones causadas por animales domésticos como resultado de la negligencia del dueño. La demanda fue desestimada, y Scavetta apeló.
Responsabilidad civil por lesiones de mordedura de perro
Nueva York utiliza la doctrina de la “propensión a causar daños” para imponer responsabilidad civil para los dueños de animales cuando dichos animales hieren a otras personas. Esta doctrina afirma que, si el dueño de una mascota es consciente o debería ser consciente de que su animal tiende a ser agresivo o exhibe otros comportamientos que pudieran causar lesiones a otros, entonces será hecho responsable por las lesiones causadas cuando su animal exhiba ese comportamiento peligroso. Bajo esta regla, los dueños de animales a los que no se les ha dado una razón para creer que su animal podría ser violento o peligroso no puede hacerse responsable por las lesiones causadas por sus animales. En otras palabras, la primera mordida es gratis, pero la siguiente le costará.
Muchos estados han adoptado una regla que indica que los dueños de animales también pueden ser considerados responsables por las lesiones de las víctimas cuando el dueño debería haber hecho algo para evitar el daño, pero no lo hace. Sin embargo, el tribunal supremo de Nueva York, la Corte de Apelaciones, se ha negado hasta ahora a adoptar esta norma. En un caso titulado Bard vs. Jahnke, el tribunal se negó a imponer la responsabilidad civil sobre el dueño de un toro que no llevaba restricciones cuando este atacó a un trabajador en la granja del dueño. La corte reafirmó, en lo que hoy se conoce como la regla Bard, que a menos que un animal haya exhibido una “propensión a causar daños” en el pasado, los dueños no serán responsables por los daños causados por sus animales. Desde que ocurrió este caso, los jueces en tribunales inferiores a menudo han solicitado excepciones a, o la abolición de, esta regla cuando un propietario ha sido de alguna manera negligente al permitir que sus animales causen lesiones a otra persona.
Ninguna responsabilidad por convertir el estacionamiento de bicicletas en un arma
En el caso ante el tribunal, el demandante sostuvo que este caso era diferente del caso Bard. Argumentó que el acusado esencialmente había convertido el estacionamiento de bicicletas en un arma al amarrar a su perro al mismo, ya que él debería haber sabido que correría, lo que significa que fue la conducta del dueño, y no la del perro, la causante de sus lesiones. Los jueces de la División de Apelaciones desestimaron a regañadientes la demanda de Scavetta por lesiones. El Tribunal resolvió que no hubo diferencias discernibles entre las afirmaciones de Scavetta y otros casos donde la regla Bard había sido aplicada y que, sin evidencia de la “propensión a causar daños” del perro, Wechsler no podría ser encontrado responsable por las lesiones causadas por su perro.
En su sentencia, los jueces incluyeron una extensa discusión sobre la manera en que deseaban haber podido tomar una decisión respecto al caso. El Tribunal describió una posible excepción a la regla Bard en la que, a fin de defender “los principios de justicia fundamental, la responsabilidad por nuestras acciones y las expectativas sociales,” el “dueño de un perro que lo amarre a un objeto no asegurado y peligroso, permitiendo que el animal arrastre el objeto por las calles y cause lesiones a otros, pueda ser encontrado responsable de negligencia.” Es posible que, si el demandante apela esta decisión, la Corte de Apelaciones podría escuchar el caso y cambiar la regla Bard para permitir las demandas por negligencia contra dueños de animales que causen lesiones. Por ahora, Nueva York sigue siendo uno de pocos estados del país donde los dueños de animales no pueden ser demandados por negligencia en el manejo de sus mascotas o animales de granja.
Si ha sido lastimado por un perro violento, o lesionado de otra manera por un comportamiento negligente o imprudente de otra persona en Nueva York, póngase en contacto con el experimentado abogado especializado en lesiones personales de Manhattan, Leandros A. Vrionedes, para recibir una consulta gratuita, en Manhattan 212-889-9362, o en Queens al 718-777-5895.